viernes, 4 de febrero de 2011

Cuento de invierno





El espantapájaros


Un día, harto ya de ver la terraza de mi estudio, la que da a poniente, muy cagada por los pájaros, (ver las puestas de sol con el suelo enguarrado no es lo mismo) se me ocurrió la más vieja de las ideas para espantar pájaros: plantar un espantapájaros. A partir de aquí, me puse manos a la obra. Con una vieja camiseta con publicidad de coca-cola, una especie de bastidor de maniquí, una antigua pala de jugar tenis playa de madera en la que pinte una cara y le calé una gorra, y el palo de una escoba de fregar simulando una escopeta, lo tuve terminado. Al espantapájaros le puse de nombre “duardito” que así es como me llamaba uno de los socios principales de la agencia en la que yo trabajé; como el hombre era pequeñito medía 1,65 a lo sumo y yo 1,90 (aun los mido aparte de algún centímetro que me haya encogido) llamándome con el diminutivo le parecía que me ponía a su misma altura.

Pues bien a lo que íbamos; el tema del espantapájaros, en cierta manera, dio resultado. Los pájaros, efectivamente, se espantaban con la presencia de “duardito” y ya no se posaban en la antena de la tele para hacer sus descargas en forma de cagadas de todos los tamaños.

¿Lo había conseguido, tendría mi terraza limpia al fin?... Pues no. Había un maldito pájaro moteado (era una especie de perdiz pero fea, muy fea) con un pico largo y desproporcionado y amarillento que le hacia caso omiso a “duardito”. El maldito pajarraco seguía jiñándose subido en la antena tal como si nada. Me olvide de decir que antes de la presencia de “duardito”; en la antena había puesto unas hileras de afilados pinchos recomendados por la eficiente encargada de Leroy Merlin (la especialista en plagas) y que, anudadas con bridas, debían servir en teoría para que los pájaros no se posaran en la antena (pero fue un fracaso) no había nada que hacer; los muy guarros seguían acomodando su culo entre las hileras de afiladas púas y cagándose desde lo alto de la antena a la terraza.

Un buen día (si tienes paciencia siempre amanece un gran día) en un descanso de pintar planee el escarmiento del pájaro moteado (mi teoría es que no se puede pintar concentrado más allá de una hora y media, dos a lo sumo, por lo tanto lo que hago es parar y buscar descanso mediante la lectura, escuchando música o con alguna acción de tipo bélico). Así pues, con mi 38 de balínes (una Smith Wetson de 10 disparos reglamentada por la GU) espere detrás de mi amigo “duardito” a que llegara el pájaro moteado (tenía siempre la caguera a la misma hora; se podría decir que iba como un reloj). No tardo mucho en venir después de haberse dado un atracón de aceitunas en una parada de olivos justo delante de la casa. Luego, en un aterrizaje fatal como siempre, se posó toscamente (no he visto jamás a un pájaro mover las alas de una manera tan torpe, el tío aterrizaba como podía) en medio de los alambres de púas y acto seguido acomodar su culo cagon, sin pincharse. Bueno, pues a lo que íbamos, cuando se puso en posición de jiñarse le arree un tiro en el mismísimo culo. El pajarraco de marras dio un brinco al tiempo que lanzaba un cabreante graznido cayéndose a la terraza. Entonces me dije –es tu final maldito pajarraco, ya no te volverás a cagar más– y cuando le iba a dar el tiro de gracia, el puto pájaro me miro a los ojos; mira que los tienen pequeños pero yo vi como me miraba directamente a los ojos. En aquella fracción de segundo, pensé –mira que es raro el cabrón de pájaro con este plumaje moteado y este pico tan largo– y me dije: mira que si es de una especie protegida o está en fase de extinción y me cargo al último ejemplar también sería triste que... y en medio de este pensamiento y todavía apuntandolo vi claramente como retrocedía (hasta podría decir que andaba para atrás para no perderme de vista, pero esto no lo puedo confirmar dada la tensa situación del momento) y entonces se coló entre la celosía de la terraza y echo a volar dando una graznido que me sonó como un fuerte insulto (hp) o quizás me daba las gracias por mi sensibilidad para con las razas protegidas.

Después del susto, no lo he visto más al pájaro moteado. Porque, alguien sabría decirme, (por la descripción del mismo) a que extraña raza puede pertenecer este pájaro y en todo caso si alguien sabe si se trata de una especie en vías de extinción (es por si vuelve, saber a que atenerme).