Las melenas después del baño, mojadas, al viento, secándose con los últimos rayos del sol de la tarde. El tema de los pelos siempre me ha interesado; probablemente se deba a que este no ha sido nunca mi fuerte (no el pintarlos sino el tenerlos). Siempre me han agradado sobremanera los cuadros de los prerrafaelistas; tenían a una modelo pelirroja muy bella ella (era una de las mujeres de uno de los pintores) que poseía una melena roja como el fuego y de la que se hicieron muy buenos retratos.
Estas melenas de los protagonistas del cuadro (los de Eva y Álex) son básicamente de un ocre dorado que, al sol, reflejan una amalgama de colores calientes que se se complementan en contraste con los azules y violetas fríos de la mar. Y mira tu por donde, estos argumentos que pueden parecer tan nimios, son básicamente los que me estimulan a trabajar.
Este es el estado cinco del cuadro. Continuaremos
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