En un lugar de Galicia, entre Portonovo y el Grove, hay unas piedras batidas continuamente por el mar, que me tenían fascinado. Uno de esos expertos que salen en la TV podría decir que las rocas tienen, por ejemplo: tres millones de años (quien les dice lo contrario) y que el mar les ha dado las caprichosas formas que ahora tienen. Yo no se los años que llevan las olas moldeando pacientemente estas rocas, pero creo que, ni el escultor más imaginativo, podría crear formas ten bellas y potentes al mismo tiempo.
En estas dos pinturas sobre tela, de no muy grandes proporciones (100 x 82), he querido reflejar esta fuerza y belleza. Al menos esta ha sido mi intención; el haberlo o no conseguido ya es otra historia.
miércoles, 10 de octubre de 2012
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