Hubo un tiempo en que todo lo francés me tenia fascinado. Eran la cultura. Todo lo que venia del país vecino significaba libertad y creatividad. Nuestros pintores y escritores más talentosos y aventureros se fueron a Paris, ávidos de conocimientos y reconocimiento. Y, algunos lo lograron, otros se quedaron por el camino.
Ahora, todo es en ingles (no haré comentarios sobre este idioma). Pero a mi me queda el recuerdo del francés:
un idioma bello y culto. Lo practico cuantas veces puedo y, cuando lo hago, me da la sensación de que recupero aquellas sensaciones que dan la cultura y las buenas formas. Quizás sean las sensaciones de un nostálgico..., ¿bueno y que?.
De momento titulo estas últimas "Aquarelles" en francés (mas o menos, el tiempo no perdona)
sábado, 29 de junio de 2013
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1 comentario:
Eduard, deliciosament genials, cada vegada més frescos i vitals.
Ja m'explicaràs el secret de ser tant concís.
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