domingo, 10 de enero de 2010
Plaza de Jemaa el Fna (Marrakesch)
Las variopintas tiendas de especies cuyo olor y color te lleva a pensar en el cus-cus o al prometedor tagin mientras paseas por la plaza. La amalgama de gente; la mayoría de ellos bereberes (más o menos auténticos) venidos de las montañas para vender sus hermosas artesanías. El impagable momento de estar sentado en uno de los bares que rodean la plaza saboreando un te verde, preparado tan sabiamente, mientras ves pasar la vida. Los encantadores de serpientes (cobras más o menos negras y más o menos salvajes) serpenteando ellas y alzándose amenazadoras al son de la flauta moruna. Todo esto y más tiene esta plaza de Jemaa. Si, es evidente que, visto el gran negocio que representa la fama de esta plaza de Marrakesh, empiecen a proliferar bastantes cosas postizas. Pero bueno, esto es algo que lleva y va unido al turismo. Si nos dedicamos a observar atentamente no tardaremos mucho en distinguir lo verdadero de lo falso, eso si, necesitaremos nuestro tiempo.
Así, esta plaza de Jemaa, representada con este grupo de acuarelas, además de esta breve descripción y que, en conjunto, podría representar una metáfora, es en realidad una metáfora.
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