Jordi es el del retrato número 36. Es de suponer que todos habremos visto Terminator II en donde el TRX 3000 (una especie de avanzado robot va adoptando las formas necesarias para llevar a cabo su misión) pues bien, Jordi, que yo sepa, no se tiene que cargar a nadie, pero eso si; de la mañana a la noche igual está vestido de submarinista tras las doradas, cabreando a la lubinas en el Delta del Ebro en horas nocturnas, que jugando una partida de tenis playa a pleno sol (de craks, naturalmente), haciendo windsurf de riesgo, volviendo al agua para (a no se cuantos metros de profundidad) encontrar “caixetas” (un tipo de marisco que no detectan los humanos y que sólo los equipados con censor marino especial, un GPS de agua, pueden encontrar) y más, muchas más cosas que debe de hacer y que yo no controlo.
El único handicap que tiene, es el que dice Eduard Punset: de que los humanos estamos mal diseñados, y que, con la evolución, pasamos de sostenernos de cuatro patas a dos y que en vez de tener una columna bicéfala o tricéfala nos seguimos aguantando en la misma y única columna y entonces claro; los hiperactivos petan. Aunque a Jordi, Miriam la del retrato 37, no cesa de cuidarlo.
Trazado con suma vitalidad.
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