El trazado 44 es para Álex Savin. Le conocí a través del tenis-playa a final de los años 90. Álex estaba seleccionando pareja para el campeonato de verano y me lo propuso a mí (podía haber escogido a quien hubiese querido porque en aquellos momentos era un crak emergente y tenía muchos novios); yo me mantenía en forma pero ya tenía 52 años y el no había llegado a los treinta. Y mira tu por donde formamos una pareja sólida que llegó a disputar dos finales (las perdimos obviamente porque en una final al más vulnerable le machacan, y está claro que este era yo). Siempre le he estado agradecido por ello, por confiar en la veteranía y además ser una pareja con un comportamiento en pista extraordinario (jamás tuvo un reproche hacia mi). Gracias Alex.
Más tarde, al pasar del tiempo, le apareció un jugador implacable al otro lado de la pista; pero aquella era una partida que debía jugar sólo y en la que debería cometer muy pocos fallos si quería salir indemne. Y como siempre, y como jugador combativo que es, está ganando la partida con la voluntad y la fuerza que siempre le han caracterizado. Ahora, después de más de tres años sólo le falta un match-ball para acabar la partida (ganaremos amigo).
Y en el otro lado de la vida, el lado bueno, el que es una fiesta, su encantadora mujer, lleva orgullosa una niña en su barriga, que pronto estará jugando con los hijos de sus amigos por la playa de Torredembarra.
Trazado con gran estima.
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