jueves, 13 de septiembre de 2012

Final del verano

Cada día tengo menos modelos en la playa. Es septiembre, y ya se sabe, el verano se va terminando. Las aguas se enfrían y la gente apenas se baña. Es pues el momento de terminar los cuadernos de acuarela playeros. He disfrutado con estas cerca de cuarenta acuarelas entre este y el álbum primero.

Pero en esta vida no todo es sol, aguas claras para bañarse y gente relajada. El otro día,  cuando me disponía a entrar en el agua para hacer mi hora de natación, una chica que se estaba bañando llamó a su marido levantando la mano. La chica acompañaba un cuerpo inerte flotando en el agua. Acudí a su llamada y sacamos el hombre del agua. Aquel cuerpo no tenía vida. La chica (parecía experta en reanimación) le hizo un masaje al corazón y no hubo manera. Era un hombre de unos ochenta años. Cuando llegaron las ambulancias medicadas tampoco pudieron hacer nada. Taparon el hombre con una toalla y la policía local puso unos rombos con una cinta para que la gente que paseaba por la orilla respetara la distancia adecuada. Aquel hombre cubierto y del que sólo sobresalían los pies no llevaba ninguna identificación. A nadie se podía llamar ni había ninguna toalla con enseres cerca que pudiesen pertenecer al ahogado.

Yo soy nadador y no creo que sea una mala muerte (algún día u otro llega). Lo que si me dio una pena inmensa fue la total soledad de aquel hombre anónimo, tapado con una toalla prestada y sin más compañía que la de dos policías locales esperando la llegada del juez.









Descanse en paz el nadador anónimo.

No hay comentarios: