martes, 18 de noviembre de 2008

Al natural, más bañistas.






Cuando en la extraordinaria cinta de Víctor Erice "El sol del membrillo"le preguntan al pintor Antoñito López el porqué de tantas marcas en los árboles y en los membrillos que está pintando el responde que es para no perder las referencias; cuando los visitantes japoneses o chinos le insisten de porque no hace una fotografía y ya tendrá siempre el modelo congelado. Antoñito responde: No de ninguna manera ya que lo que yo quiero es vivir junto al árbol mientras lo estoy pintando, percibirlo en toda su esencia de formas, colores y olores, ver como envejecen sus frutos y como va cambiando su luz...vivirlo. ¡Que magistral lección!. Hoy los pintores figurativos, usamos y abusamos de las digitales. La foto y a pintar. Y no digo que a veces no sea necesario, sobre todo si luego recreamos la fotografía, pero lo realmente impagable es vivirlo, sentirlo en el mismo instante en que lo estamos pintando, sea un árbol un paisaje o un modelo; es igual que se mueva y que no lo podamos terminar y que solo quede en unos trazos coloreados, el poder compartir aquel espacio de tiempo, de luz, la fugacidad de aquel instante realmente no tiene precio.

lunes, 17 de noviembre de 2008











Acompañado con buenos vinos y escogidos licores he disfrutado de la lectura de buenas novelas y libros de admirados pintores. Me pareció una buena idea unirlos como tema para una serie llamada "Pintores y licores" y también otra "Flores y pintores" sugerida por mi querida compañera Montse. Las dos series siguen a lo que mi amigo Samedian llama la alegría de vivir...¿Que si no?...A él va dedicada esta nueva entrada.
Estos trabajos están realizados con una técnica muy divertida llamada pastel y con la que el pintor Degas hizo buena parte de su producción de bailarinas. Son el producto de la combinación de el pigmento seco de colores en barras sobre un papel canson de teñido y granulado.
Hasta pronto amigos.

jueves, 6 de noviembre de 2008

La alegría de vivir











Para mis sensibles amigos de trabajo (ONG de perros desamparados y ladradores) va dedicada esta entrada de trabajos de verano en donde se refleja (a pesar de la galopante crisis) la alegría de vivir.
En la playa cuando la gente se despoja de trajes y vestidos y se queda casi en cueros como los monos del pou de la vida es donde se puede ver la versión del ser humano más distendido y relajado, en una palabra, más parecidos a nuestros antepasados los primates. Creo que cuando más nos acercamos a ellos más libres y por lo tanto más felices. Yo los he visto, a estos humanos, quitándose la grasa de los poros como los monos cuando se espurgan. Lástima de los malditos hijos de perra que crearon las motos de agua y han mandado todo el encanto de la playa al carajo.