
Marian es la del retrato nº 58. Marian trastabilló el otro día bajando por las escaleras y se cayó; consecuencia: lesión en los ligamentos y quedarse unos día en absoluto reposo para que todo se calme y ponga en su sitio. Y ahora, es como si la viera; no va a perder en absoluto el tiempo lamentándose de su mala suerte. Lo más seguro es que una mujer como ella tan ávida de saber, de ver y de conocer, esté en estos momento rastreando Internet, leyendo un libro o quizás viendo una buena película. Y creo, por lo que conozco de ella, que es de aquellas personas a las cuales el tiempo les pasa volando y que desearían alargar los días sin las pausas de las noches y así, de esta manera, que cada jornada tuviese 24 horas para poder conocer ver y hablar con sus amigos a los que tanto afecto tiene y que, con su incansable capacidad de comunicación, no pararía de compartir.
Las veces que hemos coincidido (nos la presentaron Monty y Amparo en una memorable calçotada con los Pataquet) la he visto siempre disfrutando de la vida, conversando y compartiendo mesa. No he notado que se alterarse por nada (parece inglesa), manteniendo siempre este tono pausado y acompañada de esta permanente sonrisa que la caracteriza (debe ser difícil enfadarse con ella).
Trazado por empatía