jueves, 12 de julio de 2012

GAUDI


Sinceramente, me es muy difícil creer en un dios superior de cualquier religión sea esta: cristiana, musulmana o  budista. He llegado a la conclusión de que no estoy suficientemente ilusionado, esperanzado o iluminado para que se de el caso de creer firmemente en un ser superior creador del universo (a pesar de que, vive Dios, que lo he intentado). Creo, que la única forma es con mucho amor y devoción, que se puede llegar a un estado de euforia mental para poder creer. Los que te podrían dar argumentos te dicen que lo importante es tener fe, y que es la fe la que te acerca a Dios. A mi me educaron en el catolicismo y siempre, ya de pequeño, de muy pequeñito me dieron miedo los Cristos crucificados y los mártires sangrantes y el olor a cera quemada de las iglesia y aquel tremendo barroquismo de los cuadros excesivamente barnizados de santos y santas martirizados. Yo, que desde muy pequeño he estado al otro lado de esto y he buscado siempre la alegría de vivir huyendo de lo oscuro y siniestro y disfrutando de todo lo bueno que me pueda dar esta corta vida. En cierta manera me pasa como al admirado Saramago, que, sobre este tema, lo pongo todo en duda. 
Las únicas veces que he conseguido llegar a un cierto estado místico ha sido contemplando la obra de Gaudí. Pienso en su obra inspirada en la naturaleza pero siempre como homenaje a Dios. Es, os lo juro, de las pocas veces que sería capaz de creer. Es lo que me ocurre cuando veo su obra: la de la casa Batllo, la Pedrera, la Sagrada Familia (aún más en el interior) o el parque Güell.  Pienso que este hombre estaba tocado de una inspiración creativa rallando a lo alucinante, y que era capaz de convertir sus proyectos en algo absolutamente divino.

Para experimentar todo esto hace un tiempo empece dos telas sobre el parque Güell con uno de LOS edificios emblemáticos del parque, presidiendo Barcelona con su cruz tridimensional como remate de la columna romboide. A través de estas dos telas he trabajado, pincelada a pincelada, concentrándome en comprender su obra y al mismo tempo intentando penetrar en su visión. He visto alguna tenue luz en medio de la oscuridad de mi poca fe. No obstante, tengo que decir, que son pocas las veces que lo consigo y la mayor parte de ellas después de degustar algunas copas de buen vino. En fin, de lo que no tengo duda y ante al que si me rindo, es ante Gaudí, este gran creador que, con su extremada fe, (es por todos conocida, al punto de que lo quieren canonizar) no recibió a cambio esta tremenda inspiración para realizar su obra.  

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