sábado, 5 de septiembre de 2009

100 RETRATS TRAÇATS (49)


Joan fue en su tiempo todo lo creativo que se podía ser una partida de tenis playa; tenía todos los golpes, de drive y de reves, hacía dejadas mortales, bajaba la bola cuando debía y al medio cuando no lo tenía claro. De hecho él le dio junto a Lluis (nº 43) una vistosidad a este juego que hasta entonces no tenía. Y esto lo digo para ser justo y objetivo (algo que contadas veces soy).

Y me vais a permitir que retratando a este personaje haga un poco de memoria de este juego (como haría cualquier lomo plateado). Cuando los tres históricos instalábamos el campo el sábado por la mañana, (entonces sólo había un campo y no cuatro) el venía bien peinado con su pala de madera bajo el brazo, su camisa impoluta y después de dos horas jugando se marchaba de la misma manera que había llegado, sin una gota de sudor en el rostro y sin haberse despeinado lo más mínimo (esto después de haberte hecho treinta dejadas de drive y treinta de revés y de que te quedaras bien rebozado de arena intentando cogerlas) después, se permitía darte un par de clases magistrales y hasta la próxima.

Con el tiempo, todos nos hemos hecho mayores, y a todos nos han pasado cosas, muchas cosas, pero, siempre permanecerán en mi memoria, aquellas partidas de los fines de semana cuando no había nadie que te pidiera tanda, y que sólo el cansancio nos hacía acabar la partida para darnos un reconfortante baño y tomarnos una fría cerveza que entraba como una bendición.

Trazado para el maestro

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