Me dijo mi hija Eva un día (trabaja en el prestigioso Instituto Castanera y sabe de ojos): si esta chica, (Miriam, la del retrato 37 y pareja de Jordi) se operara de la miopía y se sacara las gafas tendría los ojos más bonitos de la playa. Yo se lo pedí y me dejo que le hiciera, el trazado sin gafas, y el resultado está a la vista. Me recuerda su cara y su mirada a las facciones de los retratos de Modigliani, (yo no le he alargado ni el cuello ni la nariz) que se traduce en formas suaves y muy espirituales (ella es muy dulce en el trato y habla bajo, tanto que a veces tengo que prestar mucha atención en lo que dice, porque uno, la verdad, ya no tiene aquel fino oído de los 30).
Lo curiosos es que siendo del grupo de las palas no le he visto jamás con una pala en las manos; quizás no tenga el gen deportivo, aunque para futuras generaciones no deben de preocuparse; Jordi los tiene por los dos.
Trazado con delicadeza y cariño
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